Escuchaba esta semana en la intimidad de mi consulta:
“Me trata bien, me cuida y creo que le gusto de verdad. He decidido dejar la relación”.
Ya nos conocemos de hace tiempo la persona que decía esa frase y yo. Hemos caminado mucho tiempo juntas así que me salió una sonrisa detrás de la mascarilla por la incongruencia de la ecuación que planteaba.
“Te asusta que vaya bien la relación y te quieran bien?”- le dije.
- “Por supuesto. Así que mejor lo dejo”.
Cuando vienes de una familia o una relación que no te ha podido querer bien, que incluso te ha maltratado, que alguien te quiera bien asusta. Y mucho.
———
Lo veíamos en la serie de La Asistenta con la relación de Alex y Nate.
Hablábamos de ello en otro post.
de spoiler!
Lo conocido y, por tanto, seguro para Alex son las relaciones de negligencia y maltrato: con su madre, su pareja…
Ella no quiere eso y en su camino de curación aparece Nate, quien le da cobijo, un coche, la trata bien, cuida atentamente de ella y de Maddy…
Parece una relación fácil no? Hay a una parte de Alex a la que también le atrae.
Pero Alex vuelve con Sean. Vuelve a lo que conoce, a lo que su cerebro ve como más fiable… Ese Sean que encaja en su vida anterior, que se lleva bien con su madre, de quien no tiene que esconder sus peores partes. Es conocido. Y lo conocido nos parece seguro. Repetimos patrones y relaciones. Aunque nos haga daño.
————
Caminar por senderos desconocidos asusta. Sin duda.
Nos vamos a resistir, nos pondremos todos los obstáculos.
Pero también sé que poder vivir una relación de buen amor, un vínculo seguro (de cualquier tipo, no hablo sólo de pareja) es el camino de reparación. Desaprender todo lo que nos sirvió para protegernos, confiar en que ahora estamos a salvo.
Lucía